El insomnio afecta al 15% de la población española y está relacionado con el absentismo…
¡Necesito dormir!
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- Redacción Mi Empresa es Saludable
- 23 junio 2024
- Actualidad
Sabemos que dormir es imprescindible para nuestro estado de salud, nuestro bienestar y nuestra felicidad.
Por Mónica Sureda | Dormir es un proceso metabólico y bioquímico que se ocupa de realizar funciones tan imprescindibles como la memoria, activa nuestro sistema defensivo frente a enfermedades y establece interconexiones cerebrales.
Las fases de nuestro sueño
El sueño se divide en cinco fases, agrupadas en ciclos de aproximadamente 90 minutos, que se repiten varias veces durante la noche. Cada ciclo es esencial para un descanso reparador y una buena salud.
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Las fases 1 y 2 son de sueño ligero:
En la fase 1, que dura unos pocos minutos, se produce la transición entre la vigilia y el sueño; en la fase 2, el cuerpo comienza a relajarse y la actividad cerebral disminuye, preparando para el sueño profundo.
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Las fases 3 y 4, conocidas como sueño profundo o de ondas lentas:
Son cruciales para la reparación del cuerpo, el crecimiento y el fortalecimiento del sistema inmunológico. En estas fases, la actividad cerebral disminuye significativamente, y es difícil despertar a la persona.
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La fase 5 es el sueño REM (movimiento ocular rápido):
Durante esta fase, los ojos se mueven rápidamente bajo los párpados, la actividad cerebral se asemeja a la de la vigilia, y ocurren la mayoría de los sueños vívidos. El sueño REM es esencial para la consolidación de la memoria y el procesamiento emocional.
¿Y qué es el insomnio y qué lo causa?
El insomnio se define por la dificultad para iniciar y/o mantener un despertar precoz. El 20% de la población padece insomnio, y datos recogidos por el Ministerio de Sanidad apuntan que es una cifra en considerable aumento. Existen más de 90 enfermedades relacionadas con el sueño. La mayoría de ellas tienen tratamiento, pero para ello es importante conocer las causas y tener un buen diagnóstico desde Centros de Atención Primaria y Unidades del Sueño.
¡Lo primero es identificar las causas!, ya que puede ser producido por una variedad de factores, tanto físicos como emocionales. Entre los más comunes son:
- Estrés y ansiedad: Las preocupaciones pueden mantener la mente activa durante la noche, dificultando la conciliación del sueño.
- Depresión: La depresión puede causar insomnio o provocar que la persona despierte muy temprano y no pueda volver a dormir.
- Mala higiene del sueño: Hábitos de sueño poco saludables, como horarios irregulares para dormir, siestas prolongadas durante el día, consumo excesivo de cafeína o alcohol, y el uso de dispositivos electrónicos, ejercicio físico demasiado activo, tratar de resolver problemas, luz intensa antes de dormir pueden interferir con el sueño. Cama, ropa, temperatura o persona inadecuada. Cenas tardes y copiosas.
- Condiciones médicas: Dolor crónico, enfermedades respiratorias como el asma, problemas gastrointestinales, y enfermedades neurológicas pueden causar insomnio.
- Medicamentos: Algunos medicamentos, como los antidepresivos, medicamentos para la presión arterial y corticosteroides, pueden interferir con el sueño.
- Trastornos del sueño: Condiciones como el síndrome de piernas inquietas, la apnea del sueño, y el trastorno del ritmo circadiano pueden causar insomnio.
- Cambios en el entorno o el horario: Viajar a través de diferentes zonas horarias o cambios en el horario de trabajo pueden alterar el ciclo normal del sueño.
- Estimulantes: Consumo de cafeína, nicotina y otros estimulantes, especialmente en las horas cercanas a la hora de dormir.
- Edad: El insomnio es más común en personas mayores debido a cambios en los patrones de sueño y la salud.
¿Y ahora qué hago?
A veces vamos tan en “piloto automático”, que aún reconociendo que no dormimos bien, no tomamos las medidas necesarias para actuar. En este caso, si piensas que necesitas mejorar tu calidad del sueño, mi recomendación es:
- Coge tu agenda, y dedica un tiempo para reconsiderar este tema y no lo pospongas. Dale prioridad. Dice el dicho: “el hombre se acostumbra a todo”, y a mí me gusta decir: “no toda costumbre es buena”.
- Trata de identificar cuál puede ser la causa de tu insomnio. Analiza si se trata de una situación puntual o está cronificada
- Piensa si estás dispuesto a cambiar algún mal hábito, por no tener una higiene del sueño apropiada, si este fuera tu caso. Sopesa y busca algún cambio que pueda ser significativo.
- Algo que me parece importante, no es sólo eliminar malos hábitos, sino sustituirlos por mejores. La práctica de meditación o técnicas de respiración consciente pueden ser de buena ayuda.
- Acepta amablemente que tienes dificultades. Hasta que las resuelvas, no añadas sentimientos de culpabilidad, de impotencia o frustración. Siempre es mejor tener sueño y cansancio “a secas”, que no empeorarlo con impotencia y frustración.
- Recurre a profesionales. Existen técnicas avanzadas de diagnóstico, así como distintas terapias psicológicas.
- No te automediques
¡Te deseo felices sueños!
Mónica Sureda | Máster en Mindfulness por la Universidad de Zaragoza.
Terapeuta en Terapia de Compasión basada en los Estilos de Apego
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