Sus portavoces fueron:
No comparten tamaño, ni sector, pero su pasión por el bienestar, la medición y el progreso han hecho de estos dos casos un ejemplo que demuestra que querer es poder, si de lo que se trata es velar por el bienestar de las personas.
Existe un mantra en el ámbito del bienestar laboral: «Por cada euro de inversión en bienestar, el retorno para la empresa se multiplica por 5». Este dato que tanto ha aportado al relato de los profesionales de este ámbito, era fruto del primer estudio impulsado por el gobierno y cuyo protagonista fue Mahou San Miguel. A partir de ese momento, han sido luz y guía para las empresas, ahora integrando de la estrategia de bienestar dentro de los objetivos ODS a los que el grupo se ha comprometido. Se denomina ‘Vamos 2030’, cuyos ejes son Habitat Natural, Progreso y Bienestar.
«Hablamos de estrategia, pero esto ya es un propósito. El bienestar nace en Mahou San Miguel de querer crear momentos de conexión y unión. Cuando tienes foco en las personas, el bienestar va unido. Y con este objetivo, evolucionamos todos», María Carmen Alemany, Mahou San Miguel
Por otro lado Quinton, nació como una micropyme de tan sólo tres empleados, pero el desarrollo de productos de agua de mar para el cuidado de la salud les ha llevado a crecer hasta los 70 empleados actuales. El bienestar es el centro de su modelo de negocio, pero también de su estrategia de gestión desde el inicio. Lo que ha sido clave en esa transformación, fue ordenar el plan de acción a través de diferentes certificaciones, como EFR (Empresa Familiarmente responsable), la certificación PST del INSS y la declaración de Luxembrugo. El resultado es un catálogo compuesto por 90 medidas, cuya inversión para esta Pyme supone tan sólo el 2% de su facturación, genera un 98% en compromiso de la plantilla y con más de un 9 de media en el valor de la confianza
«Para nosotros es esencial la escucha activa y poner el foco en las personas», Roberto Ruiz de Quinton
