Cómo hacer un plan de bienestar a la medida de las mujeres

Cinco puntos clave en salud laboral de las profesionales para diseñar una estrategia a la altura de sus expectativas. 

La clave del éxito de los planes de bienestar para empleados y empleadas reside en su personalización. Con plantillas cada vez más heterogéneas, donde los equipos multidisciplinares son la tónica predominante, las empresas han de ajustar sus propuestas de bienestar a los distintos perfiles profesionales, uno de ellos, el femenino. 

Pero ¿cómo hacer un plan de bienestar a la medida de las mujeres? Existen cinco puntos clave para preservar y fomentar la salud de las trabajadoras desde el entorno laboral:

El cuidado del cuerpo: un programa específico de salud física 

La salud física es una prioridad en los planes de bienestar empresariales. Sin embargo, no todos responden a las necesidades específicas de las mujeres ni a las que estas desarrollan alcanzada cierta edad, después de ser madres o con la menopausia.

Nos referimos al cuidado del suelo pélvico, al cambio de los hábitos nutricionales, a la conciliación del sueño o a los entrenamientos de fuerza. Todas ellas precisan de un plan de beneficios que convierte estas necesidades en rutinas diarias de cuidado de la salud de las mujeres.

 La gestión adecuada de las emociones: el beneficio de la salud mental

 Tras la covid-19, la salud mental se coló en los primeros puestos del ranking de prioridades en las plantillas. Las empresas, de hecho, comenzaron a incluir coberturas para la prevención de la salud mental y emocional en sus seguros de salud colectivos. Sentirse bien y en equilibrio es el primer paso para desarrollarnos con plenitud, también profesionalmente.

Pero no solo se trata de proporcionar herramientas para aplacar el estrés laboral o la ansiedad, sino más bien de brindar todo un abanico de soluciones dirigidas a fomentar el bienestar psicológico. Es decir, un programa completo de promoción de la salud mental que incluya la escucha activa por parte de la empresa y su respuesta a necesidades concretas, por ejemplo, a través de medidas de conciliación, de igualdad o de reparto equitativo de tareas y responsabilidades.

Según el informe sobre precariedad laboral y su impacto sobre la salud mental presentado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, la precariedad laboral afecta especialmente a las mujeres, quienes asumen en mayor proporción empleos también con salarios más bajos. Esta es la razón por la que ellas presentan un mayor riesgo de padecer depresion.  Una situación laboral más precaria dificulta el desarrollo de una buena salud mental.

 La apuesta por el desarrollo profesional: autoestima y crecimiento personal

Se trata de un factor decisivo a la hora de mantener y potenciar la motivación de cualquier trabajador, pero en el caso de las mujeres toma especial relevancia. Porque el desarrollo profesional se les ha negado en muchas ocasiones, especialmente por la incapacidad de asumir cursos de capacitación o nuevos puestos de trabajo por problemas de conciliación laboral y familiar.

 Todo programa de bienestar dirigido a mujeres debería establecer itinerarios formativos y flexibles que impulsen la trayectoria de estas dentro de la organización y diseñar planes de promoción acordes a las expectativas de las profesionales.  

 La clave de todo, la motivación 

Todo es posible con motivación. Sin embargo, no siempre es fácil mantener un nivel adecuado en el entorno laboral. Un mal ambiente de trabajo, sentir el sesgo de la discriminación o serias dificultades para llegar a todo obstaculizan el camino hacia el estímulo positivo.

En la empresa recae la responsabilidad de brindar a sus trabajadoras las habilidades y soluciones técnicas necesarias para afrontar cualquier reto o llegar a cualquier meta. Pero también está la de propiciar un entorno idóneo para ello, donde se premie el esfuerzo y la capacidad creativa. Un entorno en el que se satisfagan las ganas de crecer de las empleadas y se recompense económicamente (y en igualdad de condiciones a los hombres) la dedicación y la fidelidad a la compañía.

Como conclusión, podríamos afirmar que una organización ha de confiar en sus trabajadoras para fomentar esa motivación. Y eso significa darles las oportunidades que merecen con los recursos necesarios y la flexibilidad que necesitan. 

Aquella entidad que apueste por un plan de bienestar diseñado sobre estos cinco pilares fundamentales, ganará un equipo humano preparado para abordar los desafíos del futuro en las mejores condiciones posibles.