Bienestar 360: El derecho a la desconexión digital

En el camino hacia el bienestar empresarial, el derecho a la desconexión digital ha tomado un papel relevante.

De hecho, se ha convertido en un aspecto clave para quienes reclaman mayor conciliación y medidas para favorecer la salud mental en el ámbito laboral.

No en vano, muchos de los planes de beneficios y compensación total que diseñan desde RRHH toman en consideración este derecho.

Pero ¿en qué consiste el derecho a la desconexión digital? ¿Cómo se articula en el seno empresarial? Estas son algunas claves sobre un aspecto cada vez más decisivo en el employer branding y el engagement laboral de una organización. Al fin y al cabo, los mejores embajadores de una marca son sus empleados y empleadas.

 ¿Qué es el derecho a la desconexión digital?

El derecho a la desconexión digital se refiere al derecho de todo empleado o empleada a no participar en comunicaciones electrónicas relacionadas con su trabajo fuera de la jornada laboral.

La transformación digital de las empresas y la evolución de los modelos de trabajo ha propiciado la regulación de este derecho. Un derecho a desconectar del trabajo cuando los y las profesionales se encuentran en el ámbito doméstico o disfrutando de su tiempo de descanso.

Y es que, el aumento de la flexibilidad o de la presencia del trabajo híbrido o en remoto han dado lugar a situaciones abusivas. Estas últimas han puesto en jaque esos tiempos destinados a la vida privada en forma de correos electrónicos o wasaps a horas intempestivas.

Por tanto, lo que pretende el derecho a la desconexión digital es sentar las bases regulatorias que garanticen su cumplimiento. Y con ello, establecer un marco laboral respetuoso que reme a favor del bienestar y la salud mental de las plantillas.

 La sensación de estar siempre conectados puede acarrear problemas de salud mental como agotamiento, estrés o ansiedad, y lastrar el rendimiento de las plantillas.

 ¿Cómo se articula este derecho?

En enero de 2021, el Parlamento Europeo pedía a la Comisión, a través de un informe, que propusiera una directiva para los 27 Estados miembros con los requisitos mínimos para un futuro derecho a la desconexión. Sin embargo, tras meses de negociaciones, el pasado año los empresarios y empresarias se distanciaban de la negociación a la que dio pie dicha petición. Y ahora es la Comisión quien debe regular ese derecho.

Así pues, sigue sin haber un marco legislativo sobre el que construir los límites adecuados. Y numerosos profesionales siguen, por tanto, padeciendo los problemas secundarios de la hiperconectividad.

Que no exista aún una Directiva europea no quiere decir que en España no se tengan normas al respecto. 

El derecho a la desconexión digital se menciona en el artículo 20 bis del Estatuto de los Trabajadores: Derechos de los trabajadores a la intimidad en relación con el entorno digital y a la desconexión. Este se remite al respeto de los tiempos de descanso tal y como establece la legislación vigente en materia de protección de datos personales y garantía de los derechos digitales.

También la reciente ley de trabajo a distancia recoge en su artículo 18 el derecho a la desconexión digital. 

Aún con todo, según datos del último informe sobre Desconexión digital de InfoJobs, el 72 % de los trabajadores y trabajadoras españoles declara no desconectar del trabajo fuera del horario laboral. La buena noticia es que este dato supone diez puntos menos que dos años antes. El 62 % responde a llamadas, mensajes o correos electrónicos durante sus periodos de descanso, como las vacaciones.

 El derecho a la desconexión digital en los planes de bienestar

Dicho lo anterior, aquellas empresas más comprometidas con la salud de sus plantillas, han hecho todo lo posible por incorporar la desconexión digital a sus planes de bienestar. Afortunadamente, estos últimos gozan de buena salud en España, como constataron los últimos premios MEES. Y no solo para mejorar la salud mental de sus equipos de trabajo, sino para apoyar las estrategias de captación y retención de talento. 

En un contexto en el que muchos de los sectores punteros encuentran serias dificultades para encontrar personal cualificado, conseguirlo pasa por respetar algunas de las prioridades de los nuevos talentos. Y una de ellas es la de contar con tiempo de descanso real.

Porque tal y como señalaba Phil González, experto en desconexión digital, durante los premios DUX Canal CEO del pasado año: “Basta ya de culto a la urgencia”.