La convivencia saludable en entornos multigeneracionales

¿Cuál es la edad media en tu organización? ¿Cuántas personas se podrían agrupar dentro de las diferentes categorías generacionales que componen tu empresa? Empecemos con un breve repaso de las generaciones que actualmente conviven en el mercado laboral.

El primero de ellos corresponde a los baby boomers, nacidos durante las décadas 40, 50 y 60. Después tenemos a la generación X –de 1963 a 1980-, seguidos de la generación Y –entre 1980 y 1995- y finalmente, la más reciente y próxima, la generación Z, nacidos a partir de 1995. Todas ellas poseen rasgos diferenciales sobre cómo entienden la vida profesional, y otros por supuesto comunes, pero el punto de inflexión en este ámbito lo ha marcado la irrupción tecnológica en los sistemas de trabajo.

La fuerza laboral de los que acceden por primera vez al mercado es el de una generación que desde bien temprana edad utilizan de forma cotidiana dispositivos y herramientas digitales. La tecnología es parte integrante y fundamental de sus vidas. Sin embargo, existe otra gran masa poblacional que ha tenido, o tiene, que enfrentarse al aprendizaje y desarrollo de competencias llamadas digitales. Y es aquí donde la gestión de equipos multigeneracionales entra en juego con el fin de que este escenario sea una ventaja competitiva, y no un inconveniente.

En esta línea, las empresas debemos asumir el ecosistema generacional como una oportunidad, más que como una dificultad en la consecución de los objetivos. Los perfiles senior pueden ofrecer todo su bagaje a los “novatos”, y estos muy posiblemente puedan ayudar a los más veteranos, por ejemplo, a desenvolverse con naturalidad con las nuevas herramientas que facilitan las tareas. Una empresa que se nutre del conocimiento de sus diferentes generaciones será una empresa con la supervivencia garantizada en el cada vez más competitivo mercado global. ¿Cómo conseguirlo? He ahí la cuestión.

Favorecer el diálogo a través de la creación de espacios para la comunicación y  el trabajo en equipo, así como alinear las políticas de gestión de personas con las acciones de comunicación interna serán aspectos clave en esta tarea. En definitiva, si queremos que tanto los senior como los junior se sientan motivados, y nunca amenazados, consiguiendo así retener el mejor talento, las organizaciones de hoy tenemos que apostar por una fluida interrelación de todos los profesionales, y eso pasa por ampliar nuestros conocimientos sobre ellos, sus comportamientos, aspiraciones, preocupaciones… El empleado se sitúa, o se debe situar, en este punto en el centro de la estrategia de recursos humanos.